Cerca de 1 mil millones de personas - principalmente en el hemisferio sur del globo - se ven obligadas a sobrevivir con menos de 1 dólares al día. Para salir de la pobreza, muchos abren por sus propios medios micro o pequeñas empresas de actividades comerciales o de producción, generalmente en la economía informal. En la mayoría de los casos, estos pequeños empresarios o agricultores no tienen o apenas tienen acceso a créditos, un estímulo que les permitiría mejorar su situación. Necesitan capital para invertir y crecer. Su principal problema es que no tienen acceso a un préstamo. Las instituciones financieras locales suelen ofrecer insuficiente dinero para ellos o nada porque los consideran insolventes. En otros casos, simplemente no existen instituciones locales de crédito.
Alterfin quiere ayudar a fomentar la dignidad humana en los países en desarrollo mediante la promoción de actividades económicas individuales y colectivas que contribuyan a un desarrollo sostenible.
Para ello, moviliza capital en el norte para invertirlo de una forma ética en el sur. De este modo, Alterfin crea un vínculo entre, por un lado, las personas del norte que desean invertir para darle sentido a su dinero y, por otro, las organizaciones del sur que conceden créditos a pequeños empresarios y agricultores gracias a los que pueden forjarse un futuro mejor.